El sistema inmunológico y el tacto

Veinte segundos de un abrazo que tenga una presión de más de 10g/ml², según la ciencia, es algo que mejora nuestro Sistema Inmunológico. Así podríamos hablar de la abrazoterapia, que es en lo que se basa la técnica del body contact.

En nuestra piel se han descubierto unos receptores que se llaman “receptores del tacto a la sensualidad” o “receptores sensuales del tacto”. Este descubrimiento es importante porque a través de estos receptores se conecta el Sistema Inmunológico con el cerebro. Pensemos que cuando el niño nace ya tiene una presión considerable dentro del útero, y más todavía en el trabajo de parto y en el paso por el canal vaginal. En otras palabras, ya tiene esta presión de 10g/ml² que está ejerciendo un trabajo sobre su salud. Luego inmediatamente al nacer comienza la lactancia que obliga al bebé a estar aprisionado entre las mamas y el brazo de la madre, con lo cual hay una consecución de eventos que cumple con los requisitos para que continúen los beneficios de la presión táctil.

Desde esta perspectiva se está revisando por qué el masaje Shantala practicado en  los bebés en la India desde hace miles de años es tan terapéutico. Esta técnica ayurvédica ayuda a mejorar la inmunidad del bebé –sobre todo en casos de inmunodepresión por desnutrición- no solo por el lazo afectivo que se crea sino porque al mismo tiempo se ejerce una presión que calma el Sistema Nervioso Simpático (el del estrés) a través de los receptores alpha, que son inhibitorios de los mensajes de la adrenalina. Esto es interesante porque a medida que vamos creciendo el tema de los abrazos, el de los masajes y, por supuesto, con la llegada de la vida sexual, ayuda conocer todos los parámetros que en la sexualidad arrancan por esta fisiología de presión, de tacto y de abrazo. Entonces para un desarrollo posterior de una buena sexualidad, comenzar con los abrazos es muy terapéutico, aunque luego también lo sea continuar con los pasos hacia el orgasmo.

Resulta asombroso recorrer estos conocimientos nuevos porque los podemos usar en la difusión de la medicina preventiva y en el cambio de un estilo de vida. Poco a poco podemos hacer más uniones entre lo que empíricamente siempre observamos y una explicación más científica.